Slayer - Repentless

Y a mí me recuerda al famoso Ecce Homo...
Slayer, iconos y pioneros del thrash metal, están de vuelta. Tras unos años convulsos, finalmente tenemos entre manos su última obra, seis años después de su anterior disco.

Lo primero a destacar es que es el primer disco en el que falta la figura de Jeff Hanneman, tristemente fallecido hace dos años tras otros dos años apartado de la banda por diversos problemas de salud. Posiblemente el principal compositor de la banda, autor de temas como Raining Blood, South of Heaven o Angel of Death. Casi nada.

Su sustituto es Gary Holt, miembro de Exodus, otra banda que lleva en esto del thrash metal desde los primeros años ochenta. Slayer han decidido tirar de alguien de contrastada solvencia y similar trasfondo para suplir semejante baja, aunque esta sustitución todavía no se haya visto reflejada a nivel compositivo.

La otra baja fue la de Dave Lombardo, batería de la banda desde los inicios de la misma y que ya se pasó varios años fuera de la misma por diversas desavenencias con el resto de miembros. Tras protagonizar un sonado regreso, nuevas diferencias, esta vez de carácter económico, provocaron de nuevo la salida del mismo, siendo sustituido por Paul Bostaph, quien en su anterior salida también ocupó los parches en su lugar.

Como ya decía al principio, los nuevos miembros no han tenido reflejo en la composición de los temas. El otro guitarrista, Kerry King, ha tomado el toro por los cuernos y se ha puesto al mando, con alguna esporádica ayuda de Tom Araya, el otro miembro original de la banda. No obstante, Jeff Hanneman sigue presente al haber empleado riffs y estructuras de temas en los que estaba trabajando, y el propio King ha declarado que, en alguna canción, ha intentado ponerse en la piel de su difunto compañero para componer en su estilo.

Slayer vienen de varios discos "complicados". Los cuatro primeros discos son impresionantes, piedras angulares del metal extremo que han dejado su sello en cientos de bandas, extremas y mainstream, desde hace 30 años. Y quizá ese es el problema, que pretendemos que cada nuevo disco sea una joya a ese nivel, cuando ninguno de sus contemporáneos (ni nadie que lleve 30 años en el negocio) es capaz de mantener el listón compositivo de tal manera. Al menos Slayer han intentado, desde mediados de los 90, mantener fresco su sonido y actualizar sus señas de identidad con otras influencias. Habrá salido mejor o peor (el Diabolus in Musica es pobre, pero incluso ahí hay trallazos como Point o Overt Enemy), pero al menos no han caído en el autoplagio o la repetición.

La presentación del disco está muy cuidada. La edición especial de CD+DVD viene en una funda de cartón, y el digipak se despliega en forma de cruz invertida. Muy propio. El artwork es espectacular, con diversas imágenes de Jesucristo  difuminadas en sangre. Recuerda un poco a la portada del Reign in Blood, aunque por otro lado el Jesucristo de portada parece el famoso Ecce Homo que tanta gracia causó en la prensa española hace un par de veranos. El CD contiene los 12 temas del disco, sin ningún extra ni nada, y el DVD recoge la actuación del Wacken de 2014 y un documental sobre la grabación del disco.

Vayamos con la música. Me gusta el sonido, quizá hubiera hecho que las guitarras sonaran más afiladas, más cortantes; el bajo apenas se distingue (pero Slayer no se caracterizan por sus arriesgadas líneas de bajo, así que...) y la batería suena contundente y con fuerza. Gran trabajo el del Sr. Bostaph sustituyendo a Dave Lombardo, creo que su estilo casa perfectamente con la música de Slayer. Gary Holt deja el pabellón bien alto sustituyendo al desaparecido Hanneman, y Kerry King y Tom Araya se muestran efectivos como siempre, aunque no es que me guste excesivamente esa tendencia al "rapeo" que en los últimos discos caracteriza la forma de cantar del Sr. Araya.

Mis favoritas del disco serían el tema-título, Repentless, todo un trallazo que se convertirá en un fijo de sus directos, Atrocity Vendor, Implode y You Against You.

En resumen, un disco que, si bien no pasará a la historia del thrash metal, es entretenido y mantiene el tipo. ¡Perfecto para calentar motores antes de su próxima visita!

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