Amon Amarth - Twilight of the Thunder God (2008)

Conocidos como los Manowar del death metal, los suecos Amon Amarth se han ido forjando poco a poco un nombre dentro del mundillo metálico hasta convertirse a día de hoy en uno de los grupos punteros del género.

Es cierto que desde su primer Once Sent from The Golden Hall han variado poco su fórmula, añadiendo quizá un poco de melodía aquí y allá, pero la base sigue igual: death metal de tradición sueca con letras íntegramente basadas en la mitología vikinga. De ahí la comparación con Manowar, por lo inmovilista de su propuesta, pero si los yanquis han llegado a ser un clásico del heavy metal, Amon Amarth pueden aspirar a lograr ese estatus aplicando la misma fórmula al death metal.

De todas formas, algo que no se les puede negar es que en directo funcionan: junto a Dream Theater, son el grupo que más veces he visto en concierto, y siempre han dejado el pabellón alto. Cuando fueron de teloneros de Dimmu Borgir les dieron un repaso, y ya como cabezas de cartel han sido lo mejor de la jornada, ya con grupos noveles de teloneros (Rise to Fall) o consagrados (SepticFlesh).



Este que nos ocupa es su séptimo trabajo, publicado en 2008. Se mantiene la misma formación desde 1998 y que, salvo el primer álbum, había grabado todos los discos de la banda. Esto se nota en que las composiciones están muy perfiladas y que todos los músicos encajan perfectamente unos con otros. Es cierto que, técnicamente, Amon Amarth no es una banda que destaque por sus florituras, sino que se decantan más por riffs simples pero efectivos, sobre los que se van superponiendo las distintas melodías.

Destacar la portada, simplemente espectacular (y sobre todo, como lucía como telón en los conciertos), al igual que la presentación en general. La edición que yo tengo es el digibook que trae además un CD y un DVD con el concierto del Summer Breeze 2007, un bonito aperitivo para repasar algunos de los clásicos anteriores de la banda.

El disco está producido por el afamado Jens Bogren, por lo que el sonido es perfecto. La batería tiene pegada, el bajo presencia y las guitarras suenan contundentes y afiladas.

¿Y qué tal la música? Pues una verdadera pasada, es seguramente el disco más logrado de Amon Amarth, el culmen de ese estilo a medio camino entre el heavy y el death metal. El disco empieza a todo trapo, sin intros ni historias, con un temazo: Twilight of the Thunder God, convertido en clásico instantáneo para sus directos  La apertura perfecta, con un espectacular solo de guitarra a cargo de Roope Latvala (Children of Bodom). Lamentablemente, los guitarras de Amon Amarth son incapaces de reproducirlo en directo, quedando la cosa muy deslucida.


No hay tema flojo en todo el disco: se van alternando temas a medio tiempo, con ese aire marcial ideal para desfilar a su son, como Guardians of Asgaard (donde colabora LG Petrov de Entombed) o Tattered Banners and Bloody Flags, con temas a toda velocidad como Where is your God?, perfectos para destrozarse el cuello a su son.

El otro tema que destaca sobremanera es Live for the Kill, con un aire épico inmejorable. Hacia el final del mismo además aparecen Apocalyptica, realzando ese aire épico con sus violonchelos (parte que en directo he visto sustituida por el público y pone la piel de gallina).

Cierra el álbum Embrace the Ocean, un medio tiempo de melodía melancólica, con una letra acorde a la misma y que resulta ser la guinda perfecta al disco.

En resumen, un disco casi perfecto, un clásico del death metal melódico, del que es casi imposible cansarse. Aúna caña con medios tiempos pesados y estribillos pegadizos, lo que hace que se escuche muy fácilmente.

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