Vamos con el décimo álbum de esta veterana banda noruega, los black metaleros progresivos Borknagar. Con una dilatada carrera a sus espaldas y múltiples cambios de formación, se puede decir ya que son unos clásicos de la escena con su particular mezcla de black, folk y metal progresivo.
Lejos queda ya su debut homónimo, puro black tradicional noruego. Pronto evolucionaron, primero hacia un sonido más propio del Viking Metal, para posteriormente ir introduciendo paulatinamente elementos más propios del rock/metal progresivo, sobre todo con la llegada del reconocido batería Asgeir Mickelson y el teclista Lars Nedland. Desde su incorporación en el Quintessence el grupo fue creciendo y ampliando horizontes, superando incluso la marcha de su icónico bajista/vocalista, ICS Vortex, con la incorporación del polifacético músico sueco Vintersorg a las voces.
Sin embargo, Vortex volvió, primero como invitado en Universal y luego ya como miembro de pleno derecho en Urd, lo que añadió los juegos vocales entre él, Vintersorg y Lars Nedland (¡es que vaya tres vocalistas se han juntado!). Y para este disco han contado con la colaboración de su primer cantante, Garm, hoy al frente de los experimentales Ulver.
Como siempre, este disco de Borknagar se caracteriza por un sonido limpio y cristalino. Está claro que lo ocurrido con el Quintessence pesó en ellos, primero porque no repitieron en aquel estudio y, segundo, porque desde entonces las producciones han sido muy cuidadas, prestando gran atención a la misma. Esta vez han optado por tomar las riendas de la producción, encargándose de ella Oysten G. Brun, fundador y máximo compositor de la banda y único miembro estable de la misma desde el primer día.
Borknagar en 2016 |
¿Y la música? Como ya he ido adelantando, Borknagar han tomado un camino que les acerca más al metal progresivo que al black metal. Los elementos extremos cada vez tienen menos protagonismo, fuera de secciones concretas dentro de un tema. En mi opinión dota de variedad a los temas y los enriquece, creando distintos ambientes según las partes. En contra de esto juega el que el esquema es el mismo siempre: parte progresiva con voces limpias, parte cañera con voces agresivas. Pocas veces hay un intercambio de voces entre las partes, quedando casi siempre limitada cada una a su correspondiente zona.
El tema título, Winter Thrice
El disco empieza con un tema de más de 8 minutos, The Rhymes of the Mountain, que explora todos los elementos que vamos a ir viendo en el álbum. Éste, junto a Winter Thrice y Erodent son los temas que mejor recogen la esencia del disco. Esto no significa que el resto sean malas canciones, en absoluto, ya que seguramente estemos ante uno de los mejores discos de 2016. No es metal extremo puramente dicho, pero al aficionado al metal progresivo le va a parecer "demasiado duro" en ocasiones. Y por progresivo no hablamos de virtuosismo, sino de la capacidad de ampliar horizontes y fusionar elementos. En ese aspecto Borknagar han sido pioneros y son unos maestros, pero parece que ya han encontrado una fórmula que les satisface y no se mueven de ella desde el citado Universal (2010).
De todas formas, y pese a este ligero estancamiento, esto sigue siendo un discazo enorme, que no hay que dejar pasar.
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