Hannes Grossmann - The Crypt of Sleep (2016)

La portada podría ser espectacular si no fuera tan Obscura
Es innegable el auge que en los últimos años han tenido las plataformas de crowdfunding. Ya sea para financiar proyectos alternativos, underground o simplemente alocados, estas páginas han dado salida a multitud de ideas que un visionario no puede desarrollar en soledad. 

El mundo de la música no ha sido ajeno a esta posibilidad y multitud de álbumes han salido adelante gracias a ella, siendo el ejemplo más conocido el Inked In Blood de Obituary. Los americanos financiaron la grabación del álbum a través de Kickstarter ante la falta de apoyo de las discográficas para la grabación y, una vez entregadas las recompensas, licenciaron la distribución a Relapse Records. 

Un servidor ha tenido la ocasión de colaborar en tres proyectos: la recopilación de las demos de Obscura, el Deathgeneration de Avulsed (que está todavía en proceso de cocción) y este álbum. Con esto ya me siento a la altura de los Medici, todo un benefactor de las artes, sólo que sin palacio. 


En fin, tras su salida de Obscura, a Hannes Grossmann no le faltó trabajo. Ha tocado con Alkaloid, Nader Sadek, Dark Fortress... y ha publicado dos discos en solitario, ambos altamente recomendables y financiados a través de Indiegogo. Este The Crypt Of Sleep es el segundo de dichos trabajos y en él reúne un plantel de lujo. A la voz está el gran Morean, las guitarras son tarea de Danny Tunker (Alkaloid, Aborted y técnico de guitarra de Obscura) y el bajo corre a cargo de Linus Klausenitzer (Obscura, Alkaloid, Noneuclid). Como se ve, tres de ellos son viejos conocidos de otros proyectos (Obscura, Alkaloid, Dark Fortress...). Todo queda en casa. 

Grabado y producido por el propio Hannes en sus Mordor Studios, se nota su buen hacer en estas tareas. El sonido es excelente y la mezcla otorga el justo protagonismo a cada instrumento. Siendo un disco en solitario, donde se corre el riesgo de caer en exhibiciones instrumentales sin sentido, Hannes consigue hacer muestra de sus habilidades sin caer en la autocomplacencia. De hecho, está bastante contenido a lo largo del disco, haciendo que su técnica esté al servicio de los temas y no al revés.

Musicalmente estamos ante un soberbio trabajo de death metal técnico. Es la continuación perfecta del trabajo de Grossmann en Obscura, ya que en algunos momentos incluso puede parecer que estemos escuchando un disco de ellos. Es un estilo que remite a los Death del Leprosy, aunando técnica y brutalidad en una mezcla perfecta. Los temas no destacan por su exagerada velocidad, sino que son más pesados, más a medio tiempo. 

 Hannes aburriéndose en la oficina

El disco es lo suficientemente variado para no caer en la repetición continua de elementos. Destacan To Sow the Seeds of Earth, que sirve para abrir el disco; Hail Satan, tema más pesado y con una parte media con reminiscencias a Dream Theater; el comienzo de Oceanborn es puro Arch Enemy de los viejos tiempos, para luego evolucionar hacia una mezcla de death melódico y americano, con algún que otro blast beat por medio. Hasta la instrumental Gravity Waves se hace sumamente entretenida. Pero el mejor tema del disco es, sin duda, el propio tema-titulo que, tomando un poquito de cada influencia presente en el álbum, se acaba erigiendo en un verdadero monstruo. Su estela la sigue Beneath the Boundaries of Death, aunque en una onda menos progresiva y más cañera. Cierra el disco Anima Inferna, que por momentos es puro Dissection. 

Pero vamos, no hay un sólo tema de sobra en el álbum, todos tienen algo que se te queda grabado para encontrarte recordando ese riff horas después. 

Otra muestra más del buen hacer de Hannes Grossmann tanto a la hora de componer como a los mandos de la mezcla y producción, y una nueva joya que añadir al historial del death metal alemán. Uno de los discos de death metal técnico del año. ¡Totalmente recomendable! 

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